Colorado es un estado productor de petróleo y gas, y hemos trabajado para innovar y garantizar que se protejan nuestras comunidades, salud, aire y agua. Pero a medida que las operaciones petroleras y de gas se amplían y se acercan a nuestros hogares, escuelas y lugares silvestres, los habitantes de Colorado y nuestro medioambiente quedan más expuestos a daños al suelo y agua, gases y emisiones nocivas, explosiones e incendios potencialmente mortales, contaminación acústica, aumento del tráfico, derrames, degradación del hábitat y una serie de repercusiones en la salud como el asma e índices de natalidad bajos. Aunque nuestro estado trabaja para la transición hacia una economía de energía limpia, debemos proteger nuestras comunidades y nuestro medio ambiente de estos peligros.